Lleno de ‘no hay billetes’ en Sanlúcar de Barrameda y aclamada puerta grande para José María Manzanares tras cortar tres orejas.
El primer toro de Lola Domecq fue bruto desde el principio, con embestidas en forma arreones. Se quedaba corto en el capote del diestro. Con la muleta, consiguió poco a poco meterlo en el canasto. Al principio sin someterlo demasiado, propiciándole confianza y empujando con su empaque natural. Firme y profundo con la derecha mientras el toro se reservaba sus acometidas. Eternos los pases de pecho a la hombrera contraria que fueron muy jaleados por el público gaditano. Menos clase mostró el animal por el lado izquierdo, siendo más informal. Manzanares recibió una oreja tras enterrar la espada.
En banderillas saludaron Rafa Rosa y Luis Blázquez.
En séptimo lugar salió un toro de Garcigrande de largos pitones. Fue noble pero le faltaba romper. Manzanares administró los tiempos y el sitio tal y como lo necesitaba el astado. Consiguió enroscárselo después de sobarlo y lidiar en pro de sus embestidas. Llegaba rebrincado a la muleta pero se encontró con las muñecas suaves del de Alicante. Por el izquierdo tuvo algo más de transmisión pero las fuerzas no le sobraban y acabó podido. Después de un estoconazo paseó las dos orejas.