Gran ambiente en La Maestranza. El público sevillano esperaba expectante para ver el mejor toreo de José María Manzanares, ese con el que viene deleitando al respetable de cada una de las plazas que ha pisado en los últimos meses.

Y lo hizo. Desplegó su toreo ante el quinto de la tarde. Calidad, compás, empaque, lentitud y torería. Todos los factores en una misma faena. En cada muletazo, en cada natural. ¡Qué forma de torear con la mano izquierda! Importante recibimiento capotero, luciéndose con elegancia y cadencia. Siguió gustándose en la serie inicial por la derecha. Talones asentados y la muleta planchada. Figura relajada, muletazos profundos. Sin filigrandas en la figura. Con la segunda tanda ya se rompió la plaza… Rugió Sevilla y comenzó a sonar ‘Cielo Andaluz’. Templadísimos naturales precedieron a un cambio de mano que aún dura. Mató en la suerte de recibir y el público le pidió dos orejas con mucha fuerza. Una petición que el palco, que se llevó una enorme bronca, atendió con un único trofeo.

En banderillas se desmonteraron ‘Suso’ y Luis Blázquez momentos después de que Rafa Rosa manejara la capa con enorme solvencia.

El primero de su lote era un tren. Se quedó corto e el capote del diestro pero lo meció con gusto y desparpajo a la verónica para rematar con una media de buena ejecución. Comenzó sin obligarlo demasiado pero llevándolo largo con la mano derecha. Citó en la distancia e hizo todo lo posible por instrumentar una faena de consistencia pero el de García Jiménez se lo impidió. Salía desentendido de cada muletazo y soseaba por momentos. A la hora de matar, el torero enterró su espada.