José María Manzanares se topó con un lote muy peligroso de Alcurrucén.

Manzanares expuso ante el segundo toro de la tarde que reponía y cabeceaba con brusquedad. Lo sometió por abajo pero cada vez se quedaba más corto y levantaba más la cara. El torero de Alicante se ponía muy de verdad ante las duras embestidas del animal, que terminó por voltearle sin consecuencias. Enrazado ligó series con gran transmisión y estoqueó a la perfección al astado. Saludó una gran ovación tras la fuerte petición que denegó el palco. 

Una lidia antigua fue la antesala de una extraordinaria media verónica a un Núñez de manual. El tercio de banderillas anunció que el toro sería de condición similar al hermano. Buscaba al torero sabiendo qué se dejaba atrás. Sin entregarse, fue poco a poco quedándose más y más corto y creando momentos de peligro. No regalaba una embestida el de Alcurrucén, pero Manzanares volvió a hacer un tremendo esfuerzo por ligar al natural, único pitón por el que humillaba, pero sin entregarse. Pinchó una faena que le hubiera valido una oreja. 

Se desmonteró Daniel Duarte en el segundo toro de la tarde