Anoche, en la sede principal del New York City Club Taurino, situada en un espléndido Pent House de la Quinta Avenida con vistas a los rascacielos más famosos de la Gran Manzana, el diestro alicantino José María Manzanares hijo fue recibido con todos los honores por un gran número de socios con su Presidenta, Lore Monnig, al frente del acto que duró más de cinco horas. Recepción, presentación a cargo de José Antonio del Moral, larga entrevista al matador con preguntas del secretario del Club y aficionado práctico, Robert Weldon, y varias más de cuantos quisieron intervenir entre las que destacaron las que hicieron el famoso corredor de los Sanfermines, Joe Distler, y las de Paolo Mosole, del Club Taurino de Milán que también pasa unos días en la gran ciudad. José María se sinceró en varias respuestas. Afirmó que pretendía crecer como artista y en ir avanzando en los conocimientos del toro para cada vez más ocasiones de triunfo. Aseguró que los más difícil del toreo es poder expresar lo que sientes por dentro. También que los toreros que más le habían infulido eran Antonio Ordóñez a través de su padre, su gran y más íntimo maestro, así como Enrique Ponce y El Juli. La música es lo que más le inspira, sobre todo cuando la escucha en soledad. Pero también las faenas de sus compañeros más queridos, los que más le llenan. De sus propias obras, señaló como preferidas las de Sevilla, Madrid, Bilbao, El Puerto de Santa María, Ronda, las de México de hace dos años y las de éste en Lima y Bogotá. Tras la entrega al maestro de un diploma que le acredita como socio de honor del Club y de serle impuesto el Medallón de Oro del mismo, se celebró cena de gala a la que siguió la entrega de varios regalos del patrocinador Andy Stone y la proyección de tres vídeos con faenas memorables de Manzanares: Las realizadas en las ferias de Sevilla de 2007y 2008 a sendos toros de Zalduendo, y la del 2007 en Las Ventas de Madrid en la feria de San Isidro a un toro de Victoriano del Río.
José María Manzanares que asistió acompañado de su novia Rocío y de su mozo de espadas, vivió así una inolvidable jornada en la que fascinó a los presentes con sus sentidas y agradecidas palabras, compartiendo una noche inolvidable para cuantos asistieron.
José Antonio del Moral