«No soy modelo. Cuando me fotografían, siempre es como lo que soy: un torero»

Contemplen al torero José María Manzanares. Observen como asciende a la fama internacional por su valiente y magistral búsqueda de la gloria en el deporte. Miren como viste los trajes de Dolce & Gabanna con la misma naturalidad que el capote de matador. Luego, piensen para ustedes mismos, como nosotros lo hacemos: Tío, Cristiano Ronaldo debe odiar mucho a este tipo.

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LA VIDA POR LOS CUERNOS

Para los americanos, lo más sorprendente sobre JMM es el hecho de su existencia en sí – que un español con semejante aspecto sea también un torero hecho y derecho en la vida real y no solo aparente serlo en las revistas de moda. Teniendo en cuenta su cara de anuncio y lo cómodo que se siente siendo fotografiado en pijamas de lunares, es fácil imaginar que la oportunidad de ser famoso sin arriesgar la vida constantemente pueda ser una alternativa deseable. Pero eso sería desdeñar el compromiso que ha asumido con su arte durante toda una vida – y el hecho de que su reputación siga recayendo principalmente en lo que hace en los ruedos más que en su aspecto.

Hijo de un importante matador, este español de 33 años estaba a punto de empezar la carrera de veterinario cuando decidió que prefería una vida de capote, medias rosas y cicatrices. Aunque sabe que no convencerá a los seguidores de PETA, Manzanares está comprometido con su objetivo de hacer llegar su mensaje a través de una mayor difusión: “es importante para la tauromaquia que se entienda lo que verdaderamente es y no lo que la gente piensa que es”. A lo que se refiere es a la noble tradición, el arte y la veneración de los toreros a los animales. “Espero que, poco a poco, la gente aprenda un poco más sobre lo que es un torero, cómo es su vida, qué representa y los valores que defiende”. Cada año, Manzanares pasa 7 meses en el circuito europeo, luego viaja a América para hacer allí la temporada. En invierno, vive con su equipo entrenando para la siguiente temporada.

(“Necesitas estar concentrado para todas esas tardes de duro trabajo, arriesgando tu vida en muchas de ellas – en realidad, siempre.”) Y aunque no está dispuesto a abandonar estos peligros mortales ahora que se ha convertido en la cara más famosa del deporte en la moda – protagoniza la campaña de primavera de D&G – se siente cómodo con la superposición de facetas. “La moda tiene mucho en común con el toreo, con lo que todos los artistas tienen en común. Sólo tratas de expresar lo que sientes”.

Aunque se pueda convencer a sí mismo de que en ocasiones son lo mismo, Manzanares no está dispuesto a traspasar la frontera por completo: “No soy modelo. Cuando me fotografían, siempre es como lo que soy: un torero.”