José María Manzanares cuajó con el capote por verónicas al tercero de la tarde al que remató con una preciosa media. Con la muleta se salió del tercio con torería. Fue templando las embestidas del animal por el derecho hasta lograr trazar muletazos muy despacio. Con un empaque inigualable midió los tiempos de la faena a la perfección para conseguir sacar todas las bondades del de García Jiménez. Con la muleta en la mano izquierda dibujó naturales de ensueño que enloquecieron en los tendidos. Tras la gran estocada paseó la primera oreja. 

El sexto de la tarde salió de chiqueros reservón y sin emplearse, lo que no impidió que Manzanares se estirase a la verónica con gusto. El animal pegó una voltereta tras el tercio de varas, lo que condicionaría toda la faena. José María Manzanares le dio mucho tiempo al toro para recuperarlo y fue así como consiguió realizar una faena muy meritoria en la que destacó por ambos pitones por torear con tremendo clasicismo y muy despacio. Mató de una estocada recibiendo y paseó la segunda oreja. 

Se desmonteraron en el tercer toro de la tarde Daniel Duarte y Luis Blázquez