Lea todas las crónicas sobre la apoteósica tarde de Manzanares en Córdoba

EL MUNDO .- CARLOS CRIVELL

Ya no es un estado de gracia el que atraviesa Manzanares, es un estado cercano a la perfección torera, un momento de confianza plena que permite que algunos toros que parecen vulgares, como el llamado «Tragón» lidiado como tercero, pareciera un toro de bandera. Todo porque Manzanares es un iluminado que pone el capote o la muleta y surge el toreo que emociona a todos.
La faena al tercero es de esas obras de arte que pasan a la historia de este año, el año de un deslumbrante alicantino, que convierte en toreo de oro todo lo que toca. Lo recibió con lances suaves a la verónica. Muleta en mano, de un solo toque lo sacó al centro, para comenzar a desgranar una faena sinfónica, de matices variados, como la templanza en los pases largos, el regusto barroco de una figura recreada en la belleza de su obra, el valor para ponerse en el sitio, y unos finales hermosos, ya en los de pecho, ya en trincherillas hondas. Todo en el centro, todo muy reunido. La plaza era un hervidero cuando lo citó en el platillo para dejar una estocada corta fulminante en la suerte de recibir. El clamor se apoderó de Los Califas ante una obra deslumbrante rematada de manera tan colosal. El toreo volvía a ser una de artes más bellas del mundo.
Y es algo tan grande como su propia cuadrilla, con Curro Javier como jefe máximo que en cada capotazo levanta las plazas, junto a Juan José Trujillo, bueno en todo, especialmente con los palos. La lidia del sexto fue una muestra más de la capacidad de esta cuadrilla. El toro, noble, agradecido a tan perfecta lidia, permitió que Manzanares completarasu tarde maravillosa. Ahora hubo menos exquisitez, aunque no faltaron ni la ligazón ni el buen gusto. No le importó que se quedara corto, tampoco que levantara la cara, Manzanares dibujaba los pases como si tal cosa. Era la confirmación. Es el dueño del año en un estado de perfección taurina. La estocada fue un cañonazo en el hoyo de las agujas.

CLAMOROSO MANZANARES.
BURLADERO.COM FIDEL ARROYO

Manzanares ya al segundo muletazo compuso la figura y ayudó al toro para que recuperara. El diestro puso todo de su parte para sacar a su antagonista todo lo que llevaba dentro, demostrando así el momento extraordinario por el que atraviesa Manzanares. Magistrales tandas ligadas, con mucha naturalidad y lentitud. El animal estaba embebido en la franela. Se desmonteró Curro Javier. La música acompañó el trasteo del alicantino. Mató recibiendo y su labor fue premiada con dos orejas. […]
Clamoroso Manzanares que volvió a torear con una naturalidad única. Realizó una faena llena de temple que puso al público en pie con un circular de 360 grados y que finalizó con un cambio de mano extraordinario. Destacó como ya viene siendo habitual la cuadrilla del matador. Muy por encima de su antagonista estuvo José María Manzanares. Comparando sus dos faenas de esta tarde, la primera fue más rotunda pero ambas fueron meritorias de dos orejas. Mató con una estocada certera.

ENORME MANZANARES
EMILIO TRIGO.- MUNDOTORO

Córdoba (España). Manzanares ha vuelto a dar otro golpe de mano en una plaza de primera. Córdoba. El alicantino ha cortado cuatro orejas y ha abierto de modo rotundo la Puerta de los Califas del coso cordobés. Dos faenas de distinto desarrollo pero genial expresión y resolución con el mejor lote de un noble encierro de Juan Pedro Domecq frente al que Morante sacó su traje de faena con un toro exigente y nada fácil en una labor de gran mérito mientras Ponce anduvo solvente y perdió premio del primero con los aceros y todo esto con un gran lleno, el primer positivo de la tarde.

Manzanares cuajó primero un toro de Juan Pedro Domecq, que fue extraordinario para el torero en el último tercio y bien dosificado en varas por ‘Chocolate’. Siempre humillado, con ritmo y fijeza en los engaños,Manzanares sin probaturas se lo llevó a los medios y dando distancia al toro y dejándole la muleta puesta, esculpió una obra brillante, con ligazón, temple, expresión y cintura con la mano derecha y profundidad y hondura al natural. Otra faena grande rubricada en los medios con una estocada recibiendo marca de la casa.

Después, el alicantino volvió a enloquecer la plaza en el sexto. Todo comenzó en el tercio de varas donde Barroso dosificó perfecto y el público se lo cantó. El engranaje Manzanares prosiguió con los de a pie -Trujillo, Curro Javier y Luis Blázquez- que estuvieron enorme, hasta el punto de poner la gente en pie. Con un toro muy dulce, que tuvo mucha calidad aunque a medida que avanzó la faena se fue consumiento,Manzanares volvió a dibujar muletazos excelsos, acompasando la embestida con una suavidad y temple inusual. Elegancia, empaque, cadencia fue lo que puso el alicantino con la derecha mientras con la zurda surgió el toreo sedoso y despacio. Con el toro a menos, el final perdió intensidad pero después de un volapié de nuevo en la boca de riego, se desató una nueva apoteósis.