José María Manzanares firmó lo mejor de la tarde en la Monumental Plaza México cuando, tras torear a un animal de Bernaldo de Quirós con exquisita calidad y temple, cortó la primera oreja de la Temporada Grande 2016.

La tarde no auguraba grandes triunfos por el escaso juego del ganado. Sin embargo, el diestro se subrepuso a las circunstancias y firmó una faena de belleza, pureza y verticalidad. El cárdeno que salió en quinto lugar fue manso como sus hermanos. Manzanares intentó encelarlo sin obligarlo demasiado, mientras el toro soltaba la cara con violencia para defenderse. Gusto,  cadencia y compás en el inicio muletero. Torerísimos triuncherazos que ya sirvieron para evindenciar la falta de empuje del animal. Acompañó con calidad y despaciosidad las embestidas. Figura completamente herguida y pureza en los trazos. Finalmente el de Bernaldo de Quirós terminó rajado. Con su buena medida de los tiempos y las distancias, Manzanares exprimió las escasas cualidades del animal y le arrancó una oreja de peso y contenido artístico, amén de una estocada entera fulminante.

El primero de su lote se quedó cortó y mostró mansedumbre desde el inicio. Ni si quiera pudo picarlo Chocolate, se fue el animal hacia el caballo que guardaba la puerta. El diestro tuvo que buscar y arrancar las tardas embestidas del animal. Le provocó con su colocación y le puso la muleta con suavidad y dominio a la vez. Rugió La México con dos tandas de derechazos de lentitud y empaque. Por el izquierdo el animal tuvo poca historia. Volvió Manzanares a la mano derecha para dejar destellos de su calidad. La estocada final fue perfecta y el público llegó a pedir la oreja.

Tras el paseíllo, la terna saludó una calurosa ovación.