El regreso de José María Manzanares a La Monumental de Aguascalientes comenzó de una dulce forma, el matador recibió el premio Cristo Roto que lo acredita como triunfador y autor de la mejor faena de la última Feria de San Marcos en la que actuó en 2012. Pero cuando salieron sus dos toros de chiqueros el público se percató de la calidad y buena disposición del alicantino.

El saludo capotero a Tomatero, un toro de 540 kilos de la ganadería mexicana de Fernando de la Mora, fue elegante y con garbo. Se quedó corto el animal de inicio pero pudo rematar Manzanares con una vistosísima revolera.

El diestro lo cuidó pero las fuerzas no le sobraban y la clase del animal no apareció. Le dio distancia y confianza. El astado mantuvo su defecto de quedarse corto, derrotando cuando se quedaba a la altura del cuerpo del torero. Por allí mostró peligro. Magnífica diestra de Manzanares, que llevó con clase y profundidad una embestida por la que nadie apostaba. Muy por encima el torero mostrando su disposición y actitud ante su primer oponente. Por el lado izquierdo mucho peor, imosible. El público aplaudió la actuación y la gran estocada del alicantino.

El quinto sólo vino a confirmar que José María Manzanares tuvo que lidiar el peor lote.  Fue reservón y falto de clase y calidad. Cuidó Manzanares todos los aspectos de la lidia pero su oponente no rompió. Inició faena en el tercio. Punteaba el de Fernando de la Mora en sus embestidas desacompasadas, cuando veía la muleta en su hocico. De largo trazo fueron dos pases de pecho que remataron sendas series con la mano derecha. Tras esas dos tandas, el animal se fue a zona de toriles y allí ya le costó mucho más embestir, sobre todo por el izquierdo, por donde no tenía  ni un solo pase. El torero expuso, pulseó y templó con solvencia las embestidas de un animal sin opciones para el triunfo. Buena actuación de Suso con los palos.