José María Manzanares abrió la primera puerta grande del año en Olivenza, en el inicio de su temporada europea tras torear con enorme calidad y manejar con contundencia la espada.
Meció a la verónica al castaño chorreado de Victoriano del Río que salió en segundo lugar. Enorme manejo capotero del diestro, que lo condujo desde el inicio con la calidad y verticalidad que le caracterizan. El remate de una media gustó francamente al público extremeño. Como también emocionó con un ramillete de chicuelinas de mano baja que se sacó de la chistera.
Ralentí, clase y buen gusto de Manzanares con la mano derecha. Series con reunión, temple y calidad por el lado izquierdo. Los pases se sucedían en forma de pinceladas a cámara lenta que emocionaron al público. Bárbaro puñado de manoletinas y brutal espada. Oreja.
Se desmonteraron Suso y Luis Blázquez, después de un gran puyazo de Francisco María.
El recibimiento al fino quinto fue encajado y con el compás abierto rematado con una revolvera. Tras cuidarlo en el caballo, protagonizó un quite a la verónica que abrochó con una media de exquisita plasticidad.
Manzanares, que lucía crespón negro en homenaje a Ángela, la torero alicantina recientemente fallecida, armó faena en los medios. Se gustó por el lado derecho. El toro fue parándose, levantando la cara al final del muletazo y defendiéndose en ocasiones.
Al natural lo llevó muy tapado, conduciendo con prodigio las acometidas. Lo acompañó con inteligencia, evitando que el de Victoriano del Río saliese desentendido del embroque.
En la suerte de recibir fue un cañón y paseó la segunda oreja que le permitió salir a hombros del coso extremeño.