José María Manzanares borda el toreo en Nimes. La razón

Triunfal matinal en Nimes en un día especial para los Manzanares, ya que el menor de ellos tomó la alternativa como rejoneador de manos de Hermoso de Mendoza, y con su hermano José María como testigo. Éste fue el triunfador del festejo, con cuatro orejas y rabo. A la verónica se lució en el primero, faena sobre el pitón derecho en la que toreó muy lentamente a un noble animal. Labor intensa pero corta. Citó a recibir, obrando una estocada entera en todo lo alto. A su segundo lo recibió rodillas en tierra con una larga cambiada. Después de tres tafalleras, remató con una chicuelina. En el último tercio volvió a bordar el toreo en una faena de entrega, profundidad, temple y emoción, ya que el toro le pasó rozando el cuerpo en varias ocasiones. Otra gran estocada recibiendo culminó esta actuación. Hermoso estuvo por encima de su lote. El primero fue mansurrón que no ayudó a la hora de matar. En el segundo perdió por su mal manejo del rejón la posibilidad de oreja. De los toros para rejones, el mejor fue el primero de Manzanares, que colaboró en una faena perfecta que supo rubricar con el rejón de muerte. Con el que cerró plaza falló al matar. Pese a que a José María Manzanares le correspondía salir por la Puerta de los Cónsules, se negó a hacerlo en apoyo a su hermano.  Dos toros de Carmen Lorenzo, 1º y 6º, y dos de San Mateo, 2º y 4º, para rejones, y dos de Garcigrande. Hermoso de Mendoza, oreja y saludos; Manuel Manzanares, que tomó alternativa, oreja y silencio, y José María Manzanares, dos orejas y dos orejas y rabo. Casi lleno.
Manzanares corta un rabo en la alternativa de su hermano en Nimes
José María Manzanares fue el gran triunfador ayer en Nimes. Era la mañana de su hermano Manolo, que tomaba la alternativa como rejoneador, de manos de Pablo Hermoso de Mendoza y en presencia de José María. Y fue éste el que se llevó el gato al agua al cortar cuatro orejas y un rabo, mientras que los caballeros pasearon un trofeo cada uno. Además del fraternal doctorado, el momento más emotivo se vivió cuando José María Manzanares brindó faena a su padre, que saludó sombrero en mano mientras recibía una calurosa ovación y el sentido abrazo de su hijo.
El matador alicantino se lució a la verónica ante un noble toro de Garcigrande y basó sobre el pitón derecho una faena de muleta en la que toreó a cámara lenta, según crónica de burladero. La estocada recibiendo valía por sí sola las dos orejas que paseó. En el quinto volvió a parar el tiempo. Totalmente roto y entregado, sus muletazos tuvieron profundidad y temple. Otra vez cobró una gran estocada y conquistó los máximos trofeos, pero tuvo el detalle de acompañar a pie a su hermano.
Manolo Manzanares había toreado casi a la perfección al excelente toro de la ceremonia, al que arrancó un trofeo. El que cerró plaza le ayudó menos y las cosas se le torcieron, especialmente con el rejón de muerte. Hermoso de Mendoza estuvo por encima tanto del mansurrón segundo, al que cortó una oreja, y del cuarto, con el que saludó. Con casi lleno, se lidiaron toros para rejones de Carmen Lorenzo y San Mateo y dos para lidia a pie de Garcigrande.
Manzanares vini, vidi, vinci
MUNDOTORO.COM / MAURICE BERHO
 
Nîmes (Francia). Otra mañana nimense en la cual ha brotado la magia tan especial de los acontecimientos en el coliseo romano. Esta plaza desde luego tiene una idiosincrasia distinta. Aquí lo que cuenta es el envoltorio o dicho de otro modo, las genialidades de Casas. El planteamiento de la alternativa de Manuel Manzanares sólo podía caber en una mañana nimense. Fue puro sentimiento pero todo es de reconocer, sin exceso. Desde ayer por la noche se sabía que Manzanares padre estaría presente en el festejo, pero sólo entró en el escenario cuando José María hijo le brindó la muerte de su segundo toro y se desató en la plaza una de las ovaciones más importantes de lo que va de feria. A llorar todo el mundo…
En lo puramente taurino se podía ya adelantar que Manzanares hijo ha reventado la feria. Vini, Vidi, Vinci en el coliseo nimeño. Otra obra maestra del joven alicantino en lo que va de temporada, una mañana en la que ni el viento pudo con el insolente talento del diestro. Dos faenas muy parecidas con mucha hondura y más maestría pero también algo de fantasía, lo cual demuestra que lejos de haber tocado techo está José María. Para efeméride nos quedarán cuatro orejas y un rabo; podían haber sido más, podían haber sido menos…importa poco. Y fiel a su concepto de que antes de todo está disfrutar y compartir, en vez de salir por las Puerta de los Cónsules, acompañó a su joven hermano que salía de la plaza llorando. Y salieron los dos abrazados por la puerta de cuadrillas.
Manuel Manzanares ha tomado la alternativa de manos del número uno actual, Hermoso de Mendoza, y lejos de estar atenazado por los nervios de un día tan señalado, demostró que puede ser gente a lomos de un caballo. Ha construido dos faenas vibrantes, siempre ejecutando los embroques por delante y conectando con los tendidos. Sólo el rejón de muerte le privó de cortar más trofeos.
Hermoso en Hermoso, es decir, cuasi perfecto, bordándolo con Chenel de costado, encandilando a la gente con Ícaro, para rematar siempre de forma espectacular con Pirata. Tampoco acertó con los aceros y cortó sólo un trofeo.