Imponente resultó el festival a beneficio del hospitalito celebrado en las horas de la noche, con la procesión de la Virgen Macarena como antesala, acompañada por los diestros actuantes y por las autoridades, mientras once mil farolillos en las manos de los aficionados iluminaron los tendidos. Espectáculo de belleza sin igual, como lo fue todo el festejo donde se lidiaron siete novillos toros de Ernesto Gutiérrez con estilos variados en las embestidas, destacando los dos últimos lidiados, muy bravos, encastados y nobles. Precisamente, el sexto #351 de nombre “Patetela” recibió los honores del indulto.
Una faena llena de técnica y torería la de José Mari Manzanares a un toro difícil que desarrolló peligro a cada instante al que logró bordar el toreo al natural en dos series con el sello de la ortodoxia. En la suerte de recibir dejó arriba la espada y paseó una oreja merecidísima.