La estocada recibiendo en el centro del anillo puso en pie al respetable en reconocimiento a una actuación de preciosa factura de José María Manzanares, premiada con las dos orejas. En ese terreno se desarrolló toda la labor del alicantino que fue seguida con expectación por los tendidos. Tras un recibo de capa primoroso dibujó muletazos de trazo largo con ambas manos, adornados con torerísimos cambios de mano y pases de pecho. Midió muy bien las series y supo darle entre tanda y tanda el reposo que necesitó.