APLAUSOS.ES
Un trofeo obtuvo Manzanares del segundo, el único animal del encierro con el hierro de Domingo Hernández. El toro sacó movilidad pero nunca se rebozó. Para hacer todo más complicado, su embestida fue un punto cambiante de ritmo y descompuesta. El alicantino, que reaparecía tras más de cinco meses de inactividad, anduvo esforzado con él, tratando en todo momento de atemperarlo y de quitarle la tendencia que tenía a puntear los engaños. Recibió un pitonazo en una rodilla, afortunadamente sin mayores consecuencias. Dos series buenas al final con la derecha y una buena estocada fueron el pasaporte perfecto para el corte de la oreja.
Un nuevo esfuerzo realizó con el quinto, un toro bueno pero sin clase, que sacó movilidad y nobleza pero al que le faltó un punto de calidad. El trasteo de José Mari fue largo, de menos a más, contando con dos series diestras y una zurda, ya a final de faena, que arrancaron los olés del público. Con la espada no ha perdido ni un ápice de seguridad y tumbó de nuevo a este toro de otra gran estocada.