Manzanares ha cuajado una brillante faena a su primer toro. En los primeros tercios de la lidia, el de Alcurrucén pasó desapercibido, hasta que Manzanares hizo que se centrara en su muleta. Ligó las primeras tandas en redondo, llenas de plasticidad, y la afición presintió lo que estaba por ocurrir. Por el pitón izquierdo el toro era más incierto, pero JMM, con mucho temple, fue haciendo al toro hasta cuajar naturales puros. Volvió a la derecha y, mientras que el toro cogía los vuelos con la misma suavidad con la que el diestro se los mandaba, la afición que llenaba los tendidos enloqueció por completo ante la gran faena. Mató de forma magistral recibiendo y cortó dos orejas de ley.

Salió el sexto de la tarde, bravucón y encampanado no quería entregarse al capote y Manzanares lo lidió con magisterio. Una vez en la muleta, acusó más su hostil comportamiento y fue creando peligro a pesar del poder que JMM ejercía sobre el. Consiguió ligar naturales templados por el izquierdo. Cuando volvió sobre la derecha, el Alcurrucén siguió creando peligro y Manzanares estuvo muy poderoso con él. Se tiró a matar con todo y le cortó una oreja.