Todo para y por Víctor Barrio. Sus familiares asistieron al mejor homenaje que puede recibir un torero. La plaza de toros de Valladolid registró un lleno de ‘no hay billetes’ para recordar a la familia que no está sola y que en la tauromaquia siempre tendrán un apoyo.
Al romper el paseíllo una atronadora ovación se fue al cielo pucelano durante dos minutos, desde donde Víctor Barrio muy probablemente esbozaba una sonrisa a modo de orgullo.
José María Manzanares puso su granito de arena en una tarde marcada por las emociones. Aunque tuvo que lidiar al peor toro de la corrida, muy pitado en el arrastre, el diestro puso todo de su parte tras un emotivo brindis a la familia del torero segoviano. El de Victoriano del Río ya marcó su mansedumbre desde que salió de chiqueros. Y en esa línea continuó cuando Manzanares le presentaba la muleta con su característico empaque y elegancia. El animal embestía rebrincado, sin clase y soltando la cara con malas intenciones. Tanto es así que quiso arrollaral diestro en dos ocasiones. Aguantó la compustura el torero con extraordinaria clase. Puso él toda la salsa en una actuación en la que no tuvo aliado. Por el pitón izquierdo consiguió arrancarle algunos muletazos lentos y de enjundia. Poco más pudo hacer que matarlo de forma contundente antes de recibir una gran ovación.